Vegetales
verdes: magnesio y relajación muscular. Las verduras verdes como espinacas,
brócoli, coles de Bruselas, lechugas (las de hoja más oscura), guisantes o
judías son, en comparación con el resto, las más ricas en ciertos nutrientes
como el magnesio. Una deficiencia del consumo de estos alimentos junto con el
seguimiento de una dieta basada en alimentos refinados y un frecuente consumo
de azúcares puede conducir a déficit de dicho mineral. El magnesio participa en
el proceso de relajación muscular, de ahí que las consecuencias físicas de su
deficiencia se manifiesten con sensación de cansancio sin una causa aparente
que lo justifique, tensión muscular y calambres.
Naranja-amarillo
intenso: antioxidantes que nutren y protegen la piel. Los carotenoides -tales
como betacaroteno, astaxantina, licopeno y retinolson- son derivados de la
vitamina A. Estos compuestos son muy efectivos como antioxidantes y se ha
documentado que poseen propiedades fotoprotectoras al contrarrestar las
alteraciones inducidas por los rayos UVA. Esto se traduce en capacidad para
reducir o minimizar la flacidez de la piel y las arrugas. Las zanahorias, la
calabaza, el boniato, el mango y la papaya son los vegetales con mayor
concentración de dichos compuestos. Le siguen en importancia otras frutas y
hortalizas como los cítricos (pomelo, naranja y mandarina), el melocotón y el
albaricoque.
De color
blanco: protección vascular. Los autores de la mencionada investigación
holandesa comprobaron cómo un mayor consumo de frutas de carne blanca como las
peras y las manzanas (las más consumidas por los participantes), se asoció a
una mayor reducción del riesgo de accidente cerebrovascular o ictus. En este
grupo cromático, además de frutas como las manzanas y las peras, se incluye el
plátano y hortalizas y verduras como ajos, puerros, cebollas, endibias, pepino,
setas y coliflor.
Rojo-morado:
salud cardiovascular. Los flavonoides son los pigmentos colorantes más
sobresalientes en las frutas y hortalizas de color rojo intenso y/o morado. A
estos compuestos antioxidantes se suma otro con idéntico efecto y de presencia
indiscutible en este grupo cromático de alimentos: el licopeno, de color rojo
intenso, abundante en el tomate. A estas sustancias se les atribuyen
propiedades preventivas en la salud cardiaca y coronaria, como la mejora del
perfil de riesgo cardiovascular, tal y como queda recogido en la revisión de
estudios epidemiológicos y clínicos realizada por el Departamento de Ciencias
Nutricionales de la Universidad Estatal de Oklahoma (EE.UU). En la misma línea
de destacar las propiedades cardiosaludables se perfila el ensayo dirigido por
Cassidy y colaboradores, en el que comprobaron que la ingesta habitual de
alimentos ricos en antocianinas y otros flavonoides contribuye a la prevención
de la hipertensión por sus propiedades vasodilatadoras.
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